Noruega ha demostrado ser un referente en el ámbito deportivo gracias a un enfoque innovador que coloca a los niños en el centro de su sistema deportivo. A través de políticas innovadoras y una filosofía deportiva única, el país ha alcanzado resultados impresionantes en competiciones internacionales.
Es uno de los países más activos físicamente y con más medallas olímpicas "per capita" del mundo, todo ello debido a reducir la competitividad.
El exceso de ambición lleva a la ansiedad, a la presión de los padres a sus hijos y a continuas peleas en la grada de dichos padres dejando una imagen dantesca en los distintos campos municipales. Las consecuencias son nefastas. En España, la practica deportiva cae en picado desde la adolescencia; dando como resultado una población más inactiva y con un aumento de problemas de salud.
Paradójicamente, la ruta hacia el éxito no esta en competir, sino en disfrutar. A pesar de tener una población relativamente reducida de 5,3 millones de habitantes, Noruega destaca como el segundo país con más medallas olímpicas "per capita" y se sitúa en el décimo lugar en medallas totales. En el índice "Greatest Sporting Nation", que evalúa los logros deportivos de los países, Noruega ocupó el primer puesto en términos proporcionales en 2019. Este logro se extiende a una variedad de deportes, incluyendo el esquí de fondo, el esquí alpino, el balonmano, el atletismo y el fútbol.
Lo más destacado es que el enfoque noruego en el disfrute del deporte ha resultado en una baja tasa de abandono entre los niños. Más del 70% de los noruegos continúan practicando alguna disciplina deportiva después de los 50 años, en comparación con el 46% en España y un promedio europeo del 44%. Esta alta retención refleja la efectividad del modelo noruego en cultivar una cultura deportiva saludable y sostenible, donde el placer y la participación a largo plazo son prioridades fundamentales.
Priorización de los Derechos de la Infancia en el Deporte
Noruega ha establecido "Los Derechos de la Infancia en el Deporte", una declaración que garantiza una experiencia deportiva positiva para todos los niños, independientemente de su habilidad o recursos. Este enfoque se centra en el disfrute del deporte, la participación social y el desarrollo integral de los jóvenes atletas.
Hace unos 30 años aprobaron un documento llamado “Los Derechos de la Infancia en el Deporte” (aprobada en 1987, actualizada en 2007 y refrendada por las 52 federaciones deportivas del país), que es una declaración de principios sobre las experiencias que cualquier niño en el país, independientemente de su habilidad, familia o recursos, merece tener. Luego han construido un entorno alineado con su filosofía deportiva de 'Joy of Sport for All' (la alegría del deporte para todos). En Noruega, más de un 90% de los niños y niñas crecen practicando algún deporte.
Pero la prioridad para los menores de 13 años es enamorarse del deporte -no de un juego en particular-, tener una experiencia social que será beneficiosa para ellos, para sus amistades y para las comunidades en las que viven. Desarrollar una auténtica educación física. El sistema ayuda a los niños a seguir la mejor senda para ellos, ya sea tratando de ganar medallas olímpicas o simplemente seguir activos jugando en su comunidad por amor al deporte.
No hay campeonatos nacionales
No hay campeonatos nacionales antes de los 13 años y no hay campeonatos regionales antes de los 11. Mantienen todas las ligas a nivel local y comunitario hasta la adolescencia. Así, los niños juegan con compañeros de clase y vecinos bajo la supervisión de entrenadores voluntarios que entienden qué es lo mejor para que los chavales se desarrollen como deportistas. No se ve ansiedad en los chavales. Esto no es física cuántica, se trata solo de ayudar al niño a disfrutar el deporte y enseñarle algunas habilidades básicas para que las interiorice. Que tome control de la experiencia, desarrollándose a su propio potencial.
También se pide a las organizaciones y clubs -es decir, a los adultos- que no difundan resultados ni marcadores, porque eso hace que los propios adultos se enfoquen demasiado en las cosas equivocadas, como quién ganó y por cuánto. Los niños son competitivos por naturaleza, tienen los resultados en sus cabezas y no necesitan presión extra. Cuando comienzan la adolescencia, los propios chavales deciden cuán ambiciosos quieren ser y en qué deporte. Hay un tiempo y un lugar para competir tan duro como un atleta profesional, pero eso no sucede antes de los 13
Retraso en la Identificación de Talentos Deportivos
Una de las medidas clave de Noruega es el retraso en la identificación de talentos deportivos hasta los 13 años. Esto permite que los niños se centren en desarrollar habilidades fundamentales y disfruten del juego antes de enfrentarse a la presión competitiva. Como resultado, hay una mayor retención de niños en el deporte y una menor tasa de abandono prematuro.
La pubertad no se alcanza hasta los 13 y los chicos y chicas no desarrollan su cuerpo ni sus preferencias realmente hasta la adolescencia temprana. Si te enfocas en otra cosa que no sea desarrollo base antes de esa edad -en otras palabras, si tratas de identificar muy temprano a la próxima generación de súper atletas colocándolos en equipos de élite y desechas al resto- estás tomando una mala decisión. Es contraproducente apostar por alguien como atleta hasta que no se ha desarrollado físicamente. Y los noruegos son muy pacientes y permiten que eso pase. Entienden que los resultados cuando tienes ocho años no importan tanto. Lo que importa es el desarrollo físico, psicológico y emocional.
Una vez que pasan la edad de 13, entonces se vuelve muy profesional, muy rápido. Los niños que se presentan como potenciales olímpicos o profesionales son reconocidos por las federaciones. Les asignan los mejores entrenadores con sistemas personalizados e instalaciones para el mejor entrenamiento. Utilizan lo mejor de la ciencia deportiva para guiar todo el sistema. No es que Noruega no esté comprometida con generar atletas de élite, es solo que no intentan producirlos cuando tienen ocho años.
Hay que recordar los peligros de identificar atletas muy jóvenes: un montón de presión jugando todo el año a un solo deporte. Unos pocos lo logran, pero la mayoría no. Casi nunca acabamos leyendo las historias de los que dejaron el deporte por una presión excesiva.
Ese es un problema clave en la cultura deportiva estadounidense y en la mayor parte del mundo: muchos jóvenes prometedores llegan 'quemados', ya no tienen entusiasmo por el deporte o sus cuerpos están demasiado resentidos, abusados. Acumulan lesiones y acarrean dolores. Esto limita su desempeño. Es como arrojar huevos contra una pared y ver cuáles no se rompen. Solo porque algunos no se quebraron no significa que esta sea la mejor manera de desarrollar atletas en escala.
En la mayoría de los países son deportes diseñados por adultos y para los adultos. Los noruegos reconocen que, como toda corporación que trata de vender un producto, hay que entender lo que el niño quiere. Construir una experiencia en la que sienten que tienen algún control. Esto es por lo que la industria de videojuegos es tan existosa. Porque utilizan el 'feedback' de sus clientes y están constantemente buscando mejorar su producto. El videojuego del FIFA tiene todo lo que puede buscar un niño de la experiencia deportiva: tiene acción, una experiencia social con amigos, margen para la experimentación y el error, puedes comenzar y detener el juego cuando quieras.
Financiamiento y Estructura del Sistema
El modelo noruego se financia entre los clubs locales, federaciones deportivas y el gobierno central. El dinero público proviene específicamente de los ingresos por juegos de azar y apuestas deportivas. Dos tercios de ese dinero se destina a financiar deportes, tanto olímpicos como -mayormente- comunitarios. Cuando una municipalidad o una ciudad quiere construir una instalación deportiva, la ayuda del gobierno está supeditada a que se demuestre que esa instalación va a cumplir con los principios que sustentan el desarrollo de niños y comunidades a través del deporte. Por tanto, esos aportes se convierten en una herramienta para asegurar un funcionamiento armónico del sistema.
Resultados
El enfoque centrado en los niños de Noruega ha dado sus frutos con resultados impresionantes en competiciones internacionales. El país ha alcanzado récords de medallas en eventos como los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, destacándose como el país con más medallas "per capita". Además, hay una mayor retención de niños en el deporte y una cultura deportiva más saludable y sostenible.
En resumen, el éxito del modelo deportivo noruego radica en su enfoque en el bienestar y desarrollo de los niños. Al priorizar la experiencia deportiva positiva sobre la competencia, Noruega ha establecido un estándar ejemplar que puede inspirar a otros países a adoptar medidas similares para promover una participación deportiva más inclusiva y sostenible entre los jóvenes.
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